Todo apunta a que quede atrás el objetivo del 32% fijado para 2030, dando lugar uno horizonte más ambicioso que busca mayor producción y consumo de energía renovable, fijando como objetivo un 42,5%, el cual pretende aumentar la independencia de los combustibles fósiles.

Los matices están ahora siendo tratados y cada país miembro aborda este objetivo de modo distinto en función de su mix energético. Francia, por ejemplo, busca que el hidrógeno nuclear sea considerado como verde, planteamiento el cual es respaldado por una decena de Estados miembro entre los cuales, no se encuentra Berlín, que manifiesta, junto con países como España o Luxemburgo, su radical desacuerdo.

El porcentaje objetivo en si mismo, también está siendo objeto de debate, pero se vaticina que el 42,5% sea el mínimo exigido. Aunque está a punto de validarse este objetivo, tendrá que ser aprobado por el Parlamento Europeo.